¡Cuidado! Sus ahorros corren grave peligro

Las épocas de fuerte inflación son complicadas para los agentes económicos y dan lugar a una fuerte redistribución de riqueza.

Tampoco debemos pensar que todo el mundo vaya a perder.

En líneas generales, hay más pérdida que ganancia; de lo contrario, no estaríamos hablando de posible estanflación (estancamiento económico más inflación), pero es cierto que aquellos que saben moverse con agilidad y soltura en estas tierras movedizas pueden obtener fuertes rendimientos.

No es momento de posiciones muy conservadoras en la gestión del patrimonio financiero porque la inflación se acabaría comiendo el capital.

Desde OMMA Business School Madrid somos conscientes de que una de las grandes materias que las familias deberían abordar para guiar con más seguridad su porvenir económico es la cultura financiera.

De esta premisa de tomar el control de nuestro destino y de no estar al albur de los acontecimientos, surge el Máster de Value Investing y Teoría del Ciclo, que lanzará una nueva edición a finales de abril.

Veamos cómo podemos afrontar la cuestión de la conservación del patrimonio en tiempos de inflación.

Los riesgos de la inflación para el patrimonio familiar

Es una época muy complicada para los capitales acumulados, es decir, para los ahorros.

Añadido al patrimonio inmobiliario, las clases medias, cuando llegan a la edad de jubilación, pueden haber acumulado un patrimonio financiero de, pongamos, entre 15 mil y 500 mil euros.

Aunque el rango aquí planteado es muy amplio y con dispar potencial, para algunas familias estos ahorros son clave para aspirar a un retiro más acomodado y seguro.

Podemos imaginar cómo puede llegar a impactar la inflación al poder adquisitivo cuando las pensiones o los salarios están ahora mismo estancados y la cesta de la compra se encarece con cierta velocidad.

El panorama no será muy positivo si los instrumentos financieros en los que se plasman estos ahorros son depósitos a la vista, a largo plazo o renta fija (con bajas remuneraciones garantizadas).

En este contexto, ser meramente prudentes puede no ser suficiente; es más, seguramente sea contraproducente. La renta fija es muy peligrosa pues, aunque nominalmente parezca que estamos conservando el valor, a la vuelta de unos años habremos perdido una parte muy grande de poder adquisitivo en términos reales.

A la inversa, dentro de ese proceso de redistribución, saldrán ganadores aquellos que se hayan endeudado a un tipo fijo reducido con un plazo de devolución amplio, como puede ser el caso de una hipoteca a tipo fijo.

Lo mismo cabe decirse, por ejemplo, de agentes que han emitido deuda fija a largo plazo a tipos bajos, como puedan ser empréstitos de empresas o los estados con la deuda pública a largo plazo.

Invertir en acciones no siempre es la solución

Y la alternativa normal a la renta fija, que es invertir en acciones, también es peligroso porque la inflación no beneficia los negocios.

Mucha gente piensa que las empresa se ven favorecidas por la inflación, pero no es así. Esto es debido a que suben todos los costes.

El economista alemán Wilhem Röpke lo ilustró de forma un tanto cruda cuando reseñó los problemas de la hiperinflación alemana en el sistema productivo.

Un tendero (ferretero) que vendía tornillos, aunque cada vez los vendía más caros, siempre reponía una menor cantidad de ellos por el efecto de la inflación hasta que finalmente solo pudo comprar uno con los ingresos de su última venta y se ahorcó con él.

Por siniestro que resulte este ejemplo, cierto es que si la inflación es muy intensa, aunque el margen (markup) que se fije a cada venta sea elevado, a la hora de recomprar la mercancía (tornillos) su precio puede haberse ido un nivel superior al que se vendieron las unidades anteriores, de modo que ya sólo se podrá adquirir una porción inferior de unidades. Y así hasta que el tendero sólo pudo comprar un tornillo… No estamos ante una hiperinflación, pero conviene tener esto presente.

Inclusive hay casos en que no es fácil repercutir la subida de costes (markup) al precio de los bienes finales.

Esos negocios sufren mucho.

No en vano, repitamos, estamos barajando un escenario de potencial estancamiento económico.

La inflación de costes propiciará aún más cierres en aquellos sectores que no pueden repercutir costes en el precio final.

Las quejas actuales de ganaderos o agricultores por las subidas de costes de las materias primas (abono, alimento para el ganado, fertilizantes, energía) reflejan esta delicada situación que va a llevar al cese de negocio de muchas familias españolas que viven del campo.

Claro, obsérvese cómo todo esto reduce la oferta productiva, lo que contribuye, en un círculo vicioso, a la escasez y el alza de los precios…

Inestabilidad monetaria, política y social

Hay mucha inestabilidad y bandazos en el ámbito económico, político y social, todo lo cual genera mucha incertidumbre al sector productivo, financiero y las familias. Existe mucho descontento social, miedo al futuro (y al presente) y desórdenes sociales.

Tener capacidad especulativa y adelantarse es una de las claves, pero requiere cierta sofisticación y también algo de suerte, máxime en este contexto caldeado y de decisiones improvisadas.

Cuando los problemas sociales y económicos se multiplican, los gobiernos intentan abordar el problema de la inflación desatada poniendo en marcha políticas monetarias de ajuste.

El economista John M. Keynes se arruinó en 1923 cuando apostó fuerte contra el marco alemán en medio de la hiperinflación alemana.

Él pensaba que iba a evolucionar a más velocidad la devaluación del marco, pero se ralentizó la inflación por un tiempo más extenso del que él pudo esperar por su fuerte apalancamiento y acabó perdiéndolo todo.

La moraleja es que, con frecuencia, la inflación no se suele mantener a un ritmo constante, sino que va dando saltos: a veces va sin freno, a veces vuelve la confianza, luego se vuelve a perder, como sucede regularmente en algunos países de Iberoamérica.

Y cuando se especula el timing es crucial… Podemos pillarnos los dedos. La propia inestabilidad puede conducir a cambios políticos, que a su vez repercuten en el devenir económico y social.

Son épocas muy inciertas y de descontento.

Algunas claves para protegernos de la inflación

Inmuebles

El pequeño ahorrador tradicionalmente se ha defendido de la inflación invirtiendo en bienes inmuebles. Puede ser una buena oportunidad invertir en bienes reales apalancados (por ejemplo, para la compra de una casa) si se compra a tipo fijo con bajo interés y se mantiene la estabilidad de ingresos.

Tampoco es fácil para todo el mundo, pues la entrada suele ser grande y supone poner todos los huevos en la misma cesta.

Empresas con capacidad de repercutir precios

Pueden funcionar muy bien aquellas empresas que vendan productos de consumo no discrecionales.

Nos referimos a aquellos bienes y servicios que la gente no puede dejar de consumir, siempre que no haya mucha competencia en el sector que le pueda arrebatar mercado. Buscamos empresas con clientes cautivos que venden productos de consumo no discrecionales. Y, mejor aún, si son de consumo recurrente.

Empresas con poca dependencia energética o materias primas

Conviene estar pendientes de compañías que no estén muy expuestas a incrementos de costes por alta dependencia de factores que puedan disparar su precio. En el caso de las aerolíneas, tenemos justo lo contrario: una alta dependencia del precio del combustible, por lo que estas pueden verse obligadas a subir precios y mucha gente podría dejar de viajar.

Empresas sin mucho capital invertido ni necesidad de reposición

Es una buena opción invertir en negocios con poco capital fijo que además no tengan que estar renovando continuamente el equipo capital como consecuencia de mejoras tecnológicas frecuentes o por la competencia dentro del sector.

Estas compañías sustentan su ventaja competitiva en factores intangibles como una buena imagen de marca o la reputación, las cuales no han de amortizarse ni reponerse. Son empresas con mucho free cash flow y alto ROCE (buena rentabilidad por capital empleado), lo que da cuenta de una buena ventaja competitiva que no se apoya en la reinversión de capital para mantenimiento o reposición.

Empresas relacionadas con la energía

Resulta interesante poner el foco en el sector energético (o de materias primas en general) en un contexto de inflación de costes. Los reajustes en la capacidad se van a tener que producir si la energía acaba siendo uno de los cuellos de botella fundamentales, como pueda ser el replanteamiento de la cadena de suministro de gas en Europa o la búsqueda de fuentes de energía alternativas al petróleo.

Todas las empresas que sirvan a los productores de petróleo lo van a hacer bien porque van a tener mucho negocio: alquiler de equipos, provisión de servicios, plataformas, perforadoras, ingeniería (no muy expuesto al incremento de costes).

Países productores de commodities

Así como los países más industriales y desarrollados que disponen de pocas materias primas sufren un empeoramiento en la relación real de intercambio (RRI), aquellos productores emergentes cuya renta depende de una o varias commodities lo harán bien, por lo que invertir en esas bolsas es una gran oportunidad.

Fue el caso de Venezuela en los 70 o sería la opción hoy de invertir en países productores de petróleo del Golfo Pérsico. Pero, también, si la inflación afecta a productos agrícolas, países como Argentina podrían verse beneficiados.

Antigüedades, oro y monedas fuertes

El oro lógicamente funciona muy bien como mecanismo de protección ante la pérdida de poder adquisitivo de la moneda, que puede verse aún más dañada por las devaluaciones.

Pero también podemos pensar en monedas que sirven de refugio de capitales como el franco suizo y antigüedades. Sotheby’s antiguamente cotizaba (hoy no). El arte lo suele hacer bien, así como el coleccionismo.

Ponerse corto

Es una opción, aunque más arriesgada. Dentro de ello, en estos momentos resulta más claro ponerse corto de obligaciones y deuda pública a largo plazo porque van a subir los tipos de interés. Es decir, se trata de buscar algún instrumento que opere con el inverso del tipo de interés.

Sector financiero

Hay quien considera que el tipo de interés creciente favorece al sistema bancario porque arbitran con más tipo de interés. Eso es cierto siempre que no haya un estancamiento y se detenga significativamente la demanda de crédito, en cuyo caso afrontarían posibles pérdidas.

El sector financiero es un territorio en cualquier caso más arriesgado.

Por último, ofrecemos una serie de recomendaciones para prepararse ante situaciones adversas por fuerte inflación.

Lo mejor es leer historia financiera.

La época más reciente de inflación en España y Occidente fueron los años 70 del siglo pasado y todavía hay memoria de ello no sólo en los libros sino en las personas que lo vivieron (familiares), de quienes se puede aprender. Si se fuera hacia una hiperinflación -de momento no-, convendría fijarse en casos de Iberoamérica.

Un inversor que se hizo millonario con la inflación en los años 70 del siglo pasado fue Harry Browne, invirtiendo, entre otros, en oro.

En 1970 escribió el libro How You Can Profit From The Coming Devaluation. Para quienes tengan más curiosidad, pueden leer las cartas a los accionistas de Warren Buffett de los años 70, de donde extraerán un buen análisis de la situación económica y empresarial de la época.

También es interesante fijarse en el comportamiento de las acciones. Por ejemplo, las Nifty Fifty (años 60 y 70 del siglo pasado) fueron un conjunto de 50 compañías que resultaron una buena inversión mientras se mantuvieron en niveles razonables (subieron tanto que se recalentaron, lo que nos recuerda un poco a las actuales FAANG).

Lo hizo muy bien por esta época el inversor Peter Lynch, que arrancó su fondo en el año 1976. Desde entonces y hasta 1982 registró una rentabilidad anual de más del 30%. Se fijó en empresas que gozaban del favor del público y que crecían mucho, como Wall Mart, Taco Bell (cadenas para público general). Para aprender sobre ello, puede recurrirse a su libro Batiendo a Wall Street.

En OMMA Business School Madrid, somos conscientes de la importancia del estudio de la historia financiera o del ejemplo que sin duda nos ofrecen las experiencias de aquellos grandes inversores que han obtenido sustanciosas rentabilidades en diferentes épocas económicas.

Asimismo, para nosotros es clave que un buen inversor entienda los negocios y el entorno económico en el que opera, de modo que en nuestra escuela aportamos un vasto conocimiento sobre contabilidad y herramientas de valoración, así como sobre los fundamentos de la micro y macroeconomía.

Así lo atestiguan nuestros 10 años de historia en los que llevamos enseñando a los más de 300 alumnos que han pasado por el Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo a gestionar su patrimonio y el de otras personas inspirados en la filosofía de inversión del value investing y la comprensión del ciclo económico.

Artículo publicado originalmente en Libertad Digital

¿Está la inflación en 2022 en un punto de no retorno?

Está la inflación en 2022 en un punto de no retorno

Álvaro Guzmán, Javier Ruiz y otros inversores nos responden.

La inflación está tan desbocada en el mundo como en boca de todo el mundo.

No sólo se habla de ella en los mentideros de las finanzas, la economía, la política o los medios… Ha trascendido a las familias y las empresas de cualquier tamaño.

Las personas de a pie están experimentando cómo los costes de la cesta de la compra y la energía aumentan en una escalada que no parece tener fin.

No en vano, la inflación en España se ha disparado hasta el 7,4% en el último año (con datos de febrero), la mayor subida de los ´últimos 33 años, a saber, desde julio de 1989. Ha llovido desde entonces.

Esto no puede dejar indiferente a nadie.

Es un daño terrible a los bolsillo de muchos hogares, ya tocados por los efectos de la gestión de la pandemia de la Covid-19.

Si se analiza en términos generacionales, hay personas cuya vida ha transcurrido con la tranquilidad de poder disfrutar de precios contenidos o incluso deflacionarios (más allá de subidas de precios sectoriales de carácter temporal por cuellos de botella o crisis comerciales periódicas, con la recesión de 2008).

Sólo los más adultos recuerdan qué era vivir con tasas de inflación y tipos de interés de dos dígitos…

La guerra entre Rusia y Ucrania y la incertidumbre que abre este proceso bélico en relación con el gas no vienen sino a echar más gasolina al fuego a un fenómeno que en todo caso se arrastra de tiempo atrás:

Materias primas que parecen escasear y rigideces logísticas que se han hecho más evidentes desde el otoño de 2021, unido a países que llevan implementando políticas económicas expansivas (de deuda pública) desde 2009, con la puntilla de la crisis de la Covid-19.

Desde OMMA Business School Madrid hemos querido abordar esta cuestión crítica consultando a profesores (gestores y analistas financieros) de nuestro Máster de Value Investing y Teoría del Ciclo, que lanzará una nueva edición a finales de abril.

Qué nos responden los profesionales del entorno del value investing

La primera pregunta que hemos trasladado a estos profesionales del entorno del value investing es si esta inflación, que está afectando especialmente a bienes básicos como las materias primas, la energía o el alimento, ha venido para quedarse o tendrá carácter temporal.

La segunda cuestión consultada se refiere a aquellos sectores empresariales en los que podemos invertir para defendernos o incluso sacar partido de esta situación económica.

Álvaro Guzmán y Fernando Bernad (Azvalor), Javier Ruiz (Horos Management), Carlos Santiso (Icaria Capital), Óscar Lara (IberEspacio) y otros inversores que han preferido permanecer en el anonimato, han respondido generosamente a nuestra encuesta.

Sirvan de introducción las observaciones que nos llegan desde Azvalor.

Como bien es sabido por sus seguidores, esta gestora ha cosechado unas cifras de rentabilidad que han roto todas las marcas en los últimos dos años, multiplicando por tres el dinero de los partícipes desde los mínimos de la Covid-19 en marzo de 2020.

Asimismo, su filosofía de inversión pasa por estudiar en profundidad cada empresa antes de invertir en ella, y no dedican apenas tiempo a predecir las variables macroeconómicas, aunque sí que se esfuerzan “por diagnosticar correctamente el ciclo económico”.

Sus gestores nos advierten en relación con la evolución de la inflación y los sectores que pueden arrojar buenos resultados próximamente lo siguiente:

“Vemos difícil que se pueda meter al genio de la inflación dentro de la botella en poco tiempo, aunque los mercados no parecen tan preocupados por esto si atendemos a las elevadas valoraciones de los principales índices. Aconsejamos evitar la renta fija especialmente, así como las acciones caras de las compañías más de moda. Donde vemos las oportunidades más interesantes es en el sector de la energía, pero no en todos sus subsectores ni en todas sus compañías. Nuestros requisitos para invertir en una empresa son los mismos hoy que hace 20 años: un buen posicionamiento de mercado, un buen balance que nos ahorre sustos, y un equipo de gestión al frente de la compañía que tenga al accionista como primera prioridad”.

¿La inflación va a ser persistente o un fenómeno pasajero?

En esta cuestión no hemos encontrado un consenso claro. Hay especialistas consultados para quienes la inflación va a tener un componente duradero y, para otros, debería moderarse su evolución, aunque nunca volviendo a los niveles de partida.

A la pregunta de si la inflación va a ser persistente en un medio o largo plazo, Javier Ruiz nos responde lo siguiente:

“Se trata de la pregunta del millón y no tiene una respuesta clara. La realidad es que hay un conjunto de factores que est´án convirtiendo la inflación en más persistente de lo que las autoridades monetarias preveían.

Por un lado, aunque algo menos intensos en estos momentos, se mantienen los famosos cuellos de botella causados por la parálisis de capital productivo durante la pandemia y por la rápida recuperación de la demanda.

Por otro lado, los gigantescos e históricos estímulos monetarios y fiscales de muchas economías han causado que el empuje de la demanda sea superior a lo esperable, convirtiéndola en más insensible a la subida de precios.

Asimismo, contamos con un problema estructural de fondo vinculado a la planificación de la transición energética. La falta de inversión en combustibles fósiles y la intermitencia de las energías renovables están causando crisis energéticas globales de difícil solución en el corto plazo, lo que puede contribuir a una inflación más elevada que la que hemos tenido los últimos años.

Por último, las compañías que venden bienes de consumo empiezan a anunciar subidas de precios para protegerse de esta inflación de costes, lo que puede propiciar un alza en los salarios que nos lleve a la temida espiral alcista de precios y salarios, de la que es muy difícil salir”.

Por otro lado, hay quienes consideran que la inflación tenderá a contenerse, aunque no regrese a los niveles anormalmente bajos de los que partía.

Uno de nuestros profesionales consultados nos expone que cree que “es temporal y que en poco tiempo se verá (antes de que acabe el año). Cuando uno analiza los componentes de la subida, varios de esos ya han dejado de subir y de hecho algunos ya han empezado a caer”.

Otro de los especialistas añade: “Creo que hemos pasado por épocas con la inflación excepcionalmente baja, lo que no es sostenible a largo plazo; dicho esto, los niveles actuales tampoco creo que sean sostenibles y deberían moderarse”.

Carlos Santiso apunta que “los niveles de la inflación actuales son derivados de la reactivación de la economía tras un parón en seco. Parte de la inflación que vemos no es estructural, sino temporal. A medio plazo debería normalizarse la situación”.

Y añade: “Con la recuperación de la confianza en los últimos meses, los agentes económicos están dejando de atesorar tanto y con ello reactivan la economía, y eso genera inflación. A medio plazo habrá inflaciones por encima del 2%, objetivos del BCE y de la Reserva Federal, pero no tan elevados como los actuales, que están en el entorno del 5-6%”.

Óscar Lara, por su parte, considera que “la evolución de la inflación a día de hoy no está todavía plenamente determinada y va a depender de las acciones que tomen los diferentes agentes económicos en los próximos meses”.

Añade como factor diferenciador de la recesión de 2008 que “un aspecto importante a tener en cuenta es el hecho de que actualmente tenemos los bancos centrales bajo un sistema de amplias reservas (…) No es totalmente previsible cómo el sistema de amplias reservas va a reaccionar a este incremento de la inflación”.

Asimismo, las cadenas de suministros se han visto afectadas: “Los agentes productivos han visto en los últimos meses una rigidez en las cadenas de suministros que, a su vez, ha hecho que demanden un mayor volumen de existencias, favoreciendo de esta forma una espiral en la tensión de los suministros. Esta espiral está frenándose en ciertas áreas productivas mientras que, en otras, la espiral persiste y se acelera. El impacto global de este proceso no va a ser homogéneo y el inversor va a tener que estar preparado para este tipo de dinámicas complejas y sus posibles efectos”.

¿Hay buenas oportunidades de inversión en EE.UU.?

La conclusión de los análisis de los expertos consultados es que EE.UU. es un mercado muy grande que siempre arroja oportunidades si se sabe analizar bien la compañía y el momento. Sectores relacionados con la energía o materias primas, además de las small caps, son las vencedoras.

Javier Ruiz nos transmite su visión:

“Al tratarse de un mercado tan grande, es complicado no encontrar algún sector atractivo para invertir. En estos momentos, tenemos una importante exposición a compañías de materias primas cotizadas en este mercado. Negocios productores de carbón metalúrgico (como Ramaco Resources o Warrior Met Coal) o vinculados al gas natural licuado (como Golar LNG), por ejemplo. Adicionalmente, vemos oportunidades en el sector del leasing de aviones (AerCap) o del cannabis (Power REIT y Millennium)”.

Óscar Lara sostiene que “EE.UU. es el mercado más amplio del mundo y hablar de él como si fuese un único ente puede llevar a errores de inversión o a análisis demasiado bastos y generalistas (…) El hecho de que el índice esté en máximos históricos no implica en absoluto que el inversor no pueda encontrar valores en numerosas compañías o sectores de ese país”.

En esa misma línea, nos señala otro de nuestros especialistas consultados que “los índices son una cosa, y luego está la realidad detrás de estos”.

Así pues, “los grandes índices no reflejan la realidad que hay detrás, dado que estos están dominados por empresas gigantes muy conocidas que en estos momentos están caras; y luego está el resto, donde nos encontramos con una situación increíble y no vista en décadas. Yo llevo en los mercados solo 24 años: nunca había visto precios tan bajos como los de ahora en un conjunto de empresas (principalmente small caps). Se encuentran múltiplos no vistos desde los 90″.

Carlos Santiso, por su parte, abunda en la misma idea: “Encontramos valor en el mercado small y micro caps. En el mercado de big caps, lo veo más complicado. EE.UU. es uno de los países con los múltiplos más exigentes, muy superiores a los de Europa, por lo que es difícil encontrar valor en compañías más conocidas. Dicho esto, el mercado de small caps ha sido bastante castigado tanto en EE.UU. como en Europa. Se pueden encontrar oportunidades muy interesantes en compañías poco seguidas. En un sector de mercado que no está en mi círculo de competencia, el energético, también hay oportunidades bastante interesantes a nivel de valoración”.

¿Qué sectores son los más prometedores y más arriesgados?

Las small caps y los sectores relacionados con la energía o materias primas son los que más oportunidades pueden aportar según los profesores consultados.

Por el contrario, los sectores o compañías más arriesgados son aquellos cuya valoración está más inflada en estos momentos o que están expuestos a un alto nivel de endeudamiento o dependencia energética.

Javier Ruiz responde en estos términos:

“Los últimos años hemos visto cómo los bajos tipos de interés (incluso negativos) y la baja inflación han restado atractivo a la renta fija y aupado a valoraciones muy exigentes (incluso absurdas) a las compañías de calidad (mayor tamaño y mayor estabilidad en sus flujos) y a las tecnológicas, beneficiadas por las tendencias de su sector.

En la actualidad, nos pueden proteger, o incluso beneficiar, negocios vinculados a las materias primas, pero también aquellas compañías con capacidad para fijar precios o con activos que se benefician de estos entornos inflacionarios. Por otro lado, pueden verse perjudicadas las compañías que coticen a valoraciones muy exigentes por los motivos que acabamos de comentar, así como negocios industriales muy intensivos en consumo energético (ya hemos visto los cierres temporales de muchas compañías en la producción de acero, aluminio o químicas, por ejemplo)”.

Óscar Lara señala que “tener un porfolio de inversiones que sólo pueda generar beneficios en un entorno de baja inflación o que esté descontando valoraciones basadas en tasas de inflación bajas es actualmente bastante arriesgado”.

Y añade asimismo: “Los sectores con un alto grado de endeudamiento van a ser más susceptibles a la evolución de la inflación y los tipos de interés y, por lo tanto, más impredecibles con una volatilidad sesgada hacia la fragilidad. Por ello, los inversores han de evaluar con cuidado la estructura del pasivo de las empresas para comprender en detalle los potenciales riesgos relacionados con el coste creciente del endeudamiento”.

Otro de nuestros inversores encuestados advierte de que “la renta variable ha corrido demasiado. En concreto en el sector tecnológico percibo una burbuja clara de valoración que ha empezado a deshincharse y que debería continuar haciéndolo. En mi opinión, las expectativas sobre este sector están, generalmente hablando, infladas y no se corresponden con lo que deberían ser expectativas medias de ciclo”.

También encuentra buenas oportunidades de inversión nuestra otra fuente anónima:

“Nosotros tratamos de identificar acciones cuyos precios están equivocados para el negocio que tienen: encontramos precios muy atractivos en a) empresas que han sufrido por la Covid (consumo, viajes, turismo), b) en otras que han recibido un impulso por las decisiones políticas tomadas como reacción a la pandemia, y que no son tan evidentes para el público (servicios, productos médicos, hospitalarios), c) igualmente en algunos valores cíclicos, energéticos, aunque no se puede generalizar por industria.

Pero lo más asombros lo encontramos en d) compañías pequeñas que no se han beneficiado del tsunami de liquidez proporcionado por la intervención de los bancos centrales, pero cuyos negocios continúan creando valor aunque el precio de sus acciones se haya visto muy perjudicado. Aquí es donde se ven múltiplos de valoración asombrosos”.

Carlos Santiso halla riesgos en compañías de alto crecimiento sobrevaloradas y en aquellas con alto grado de dependencia “de los salarios, transporte o logística que no gocen de una posición dominante”.

Así pues, empresas de distribución como Amazon deberían pasarlo mal, pero esta compañía está mejor preparada para salir incluso reforzada de la situación: “Muchos de los competidores irán cayendo; Amazon se quitará rivales y ganará cuota sin hacer prácticamente nada, sólo resistir. Es más, Amazon tenía una cuota de mercado en 2019 del 38% y ahora es del 42%. Lejos de reducirse, se ha expandido por aspectos como los mencionados: la competencia se evapora”.

En cuanto a los sectores más prometedores, coincide en que saldrán airosos aquellos cuya “valoración sea más atractiva en estos momentos”, así como el “sector energético, banca, materias primas en general, favorecidos en un contexto de subida de tipos”.

Como bien se desprende de la encuesta realizada, con el foco del value investing podemos encontrar oportunidades de inversión en casi cualquier coyuntura económica; también en entornos inflacionarios.

De nosotros depende buscar las herramientas para entender las distintas fases del ciclo económico por las que discurrimos en el tiempo, así como comprender aquellos instrumentos de inversión que nos ayudarán a protegernos y sacar ventaja de casi cualquier escenario económico.

En OMMA Business School Madrid, somos conscientes de ello y llevamos ya 10 años enseñando a los más de 300 alumnos que han pasado por el Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo a gestionar su patrimonio y el de otras personas inspirados en la filosofía de inversión del value investing. Y lo hacemos en compañía de profesionales de la inversión como los que hemos encuestado para esta ocasión.

Artículo publicado originalmente en Libertad Digital

¿Suenan tambores de estanflación?

Suenan tambores de estanflación

En OMMA Business School Madrid repasamos algunas claves de la actual inflación.

Los próximos meses se antojan apasionantes al observador de la realidad económica, quien muy probablemente esté bastante entrenado en su capacidad de asombro por lo que lleva pasando desde hace varios años en este alocado mundo…

Si en 2007 emergió una recesión económica cimentada en un proceso de carácter deflacionario (precios, salarios, tipos de interés), en estos momentos nos acercamos con pasos de gigante al abismo de la estanflación, a saber, la combinación de inflación con crisis económica.

En OMMA Business School Madrid, llevamos muchos años explicando a nuestros alumnos del Máster en Economía UFM-OMMA cuál fue el origen de la Gran Recesión y ahora estamos analizando con ellos cuáles son los desencadenantes de la inflación actual y qué cabe esperar en el futuro. Hablemos un poco de ello aquí también.

¿Posibilidad de crisis económica con inflación?

Si surgiera esta posibilidad tendría tintes algo apocalípticos (los períodos inflacionarios suelen tomar ese cariz), está llevando a que muchas personas estés como algunas presas ante su depredador: en modo parálisis.

Ya se sabe: ante un peligro inminente o un trauma, los seres vivos reaccionan habitualmente de tres maneras posibles. En inglés se ilustra por medio de las tres “F”: fight, flight or freeze. O lo que es lo mismo: lucha, huida o parálisis.

De momento, muchos están a la espera de ver cuáles son los próximos movimientos en este tablero de ajedrez de la economía y geopolítica mundiales…

La inflación, con datos de febrero de 2022

Hay motivos de preocupación. La inflación, con datos de febrero de 2022, se ha ido al 7,4% interanual y varios analistas estiman que se irá a los dos dígitos, sobrepasando el 10% esta misma primavera si el conflicto Rusia-Ucrania persiste en el tiempo.

La temida estanflación vendría caracterizada por la aparición de una inflación de costes sostenida en el tiempo que afectaría por igual a familias y empresas.

Si la cesta de la compra venía subiendo desde 2020, desde otoño de 2021, empezaron a saltar las alarmas como consecuencia de los incrementos acelerados en el coste energético y de commodities.

Parte de la explicación la encontraban los analistas en las rigideces en la oferta que se encontró Occidente a la salida de los confinamientos por la crisis de la Covid-19. Cuando volvió a salir la gente a la calle, la reactivación de la economía se produjo a tal ritmo que la oferta no estaba en absoluto preparada para atenderla en tiempo y forma.

La cuestión era si este fenómeno inflacionista (cuellos de botella) iba a ser de carácter coyuntural y las aguas volverían a su cauce tras unos meses tensos, o si este hito marcaba el escopetazo de salida (siempre hay un trigger o desencadenante en cualquier crisis) hacia una inflación de tipo endémica que empobrecería más a una población ya maltrecha por la crisis de ingresos experimentada durante los meses de encierro.

La escasez llegaba a España…

En otoño de 2021, se alzaron voces alertando de posibles desabastecimientos e incluso cortes de electricidad (varios Gobiernos europeos advirtieron de esa posibilidad a su población). De modo que las estaciones de frío se presentaban calentitas.

Finalmente no corrió la sangre al río, pero los precios de los alimentos, energía o materias primas siguieron su escalada.

Se pusieron de manifiesto restricciones en la cadena de suministros en China por la necesidad de racionar el acceso a la energía de un país esencialmente exportador.

Las fábricas chinas ralentizaban la producción, subían los precios de los fletes y se acumulaban los retrasos en el envío de mercancías.

El runrún de la escasez llegaba a España y empezaban a faltar algunos bienes. Además, los productores en España tenían que empezar a repercutir precios de materias a sus clientes en España, pese a llevar largo tiempo conteniéndolos a la espera de que la situación se relajara.

En España, algunas empresas muy dependientes del consumo energético o de ciertas commodities han tenido que paralizar la producción, como mínimo, temporalmente.

Otras están paradas por roturas de stock de factores productivos que no llegan a las fábricas. La pérdida económica, la subida de precios y al escasez afloran como consecuencia.

Hasta aquí rigideces y estrecheces que podrían tener un componente estacionario, si bien los costes energéticos en China ya daban pistas de que algo de mayor calado podía estar fraguándose. Europa y EE.UU. han apostado por la energía verde, que no pasa por ser la más eficiente.

Si nos deslizamos hacia fenómenos de carácter más estructural, se ha de prestar especial atención al incremento de la oferta monetaria.

La tasa de crecimiento de la M2 (efectivo en manos del público + depósitos hasta los dos años) en EE.UU. ha sido del 6% desde 2006. Desde mediados de 2020 (tras los confinamientos), ha experimentado un notable salto hasta llegar a un incremento del 13-14% anual.

¿Qué dijo Milton Friedman en 1963 sobre la inflación?

Milton Friedman advirtió en 1963 que “la inflación siempre y en todas partes es un fenómeno monetario, en el sentido de que no puede suceder si no es con un más rápido incremento de la cantidad de dinero que de la producción”.

No parece que las decisiones monetarias de los Bancos Centrales en Europa o Estados Unidos, con tipos de interés en mínimos históricos y una expansión monetaria de estas dimensiones, estén siendo las más prudentes en el contexto económico en que nos hallamos.

La inflación derivada de los déficits públicos, la consiguiente deuda nacional comprada por los Bancos Centrales y la pérdida de poder adquisitivo del dinero están servidos. Hay que señalar que esta presión inflacionista, causada por la expansión monetaria, sí tiene un componente más estructural y duradero.

Toda esta inflación de costes se ha producido sin que uno de sus precios más importantes, los tipos de interés, haya subido de manera significativa en EE.UU. o la zona euro.

Cabe esperar que, si la contención de la inflación es inviable por otras vías, los tipos deberán subir de manera acompasada a la tasa de inflación metiendo un cerrojazo al consumo diferido en el tiempo y a la inversión y refinanciación empresarial.

Pero no solo: la renta fija, en especial a largo plazo, sufrirá grandes descuentos, de modo que los tenedores de bonos y obligaciones sufrirán merma económica, y el creciente peso de la deuda pública sobre el PIB será señal inequívoca de la maltrecha salud financiera y monetaria de los Estados nacionales.

Otro precio clave que aún no ha sufrido cambios significativos en España son los salarios.

En los 70, cuando se padeció una crisis inflacionaria con parecidos tintes, precios como los salarios se acabaron indexando a la inflación porque, de lo contrario, sería insostenible políticamente la pérdida de poder de compra continuada de las familias, cuando los bienes básicos como la electricidad, la gasolina o el alimento se encarecen a pasos agigantados.

Es de esperar que tarde o temprano esto suceda sumándose a los costes crecientes que ya soportan las empresas. De este modo, el aumento de costes de acceso al capital, las materias primas, la energía y los salarios descapitalizarán a gran velocidad al tejido industrial y empresarial de los países.

¿Qué sucede en los períodos inflacionarios?

Se produce una redistribución de las rentas entre países (cambia la relación real de intercambio).

Así, en los países más industrializados o con servicios -dependientes del consumo de materias primas o energía- se pasa a vivir con más estrecheces porque derivan las rentas hacia los productores de commodities, quienes salen ganadores y ven incrementarse sus beneficios.

De este modo, en países industrializados nos topamos con sobrecostes a todos los niveles que irremediablemente llevan a que los beneficios empresariales, en términos reales, mengüen o surjan pérdidas y los consiguientes cierres.

Y, a todo esto, el 24 de febrero de 2022 estalla la guerra entre Rusia y Ucrania.

¿Pudiera ser este nuestro segundo cisne negro tras la crisis de la Covid?

Bien es sabido que los períodos de guerra son grandes generadores de inflación por los desarreglos en las cadenas de producción y suministros, y porque se financia una parte del gasto militar con déficit público.

Habrá que seguir observando mientras se desencadenan los acontecimientos… Desde luego, estamos viviendo una época que transita entre luces y sombras.

Resulta imperioso en este contexto poder caminar hacia la luz y para ello es clave disponer de las herramientas teóricas que nos permitan entender los factores explicativos de nuestro entorno y nos den la seguridad de poder desenvolvernos con éxito en tierras movedizas.

¿Qué puedes aprender en el Máster en Economía de UFM-OMMA?

En nuestro Máster en Economía de UFM-OMMA llevamos ocho años enseñando a nuestros alumnos a entender la economía y su funcionamiento.

Gracias a las aportaciones científicas que, en defensa de los mercados, han desarrollado economistas de la Escuela Austriaca, la Escuela de Chicago, la Escuela de la Elección P´ública, la Escuela de Bloomington o el neoinstitucionalismo.

En nuestro programa hemos tratado de reunir a los mejores profesores de habla hispana en este campo para conformar un cuerpo teórico y analítico integral con disciplinas como:

  • La historia económica (el pasado es un gran predictor del futuro).
  • Los ciclos económicos.
  • La teoría financiera.
  • La microeconomía.
  • La teoría del Estado (en la que reflexionamos sobre cuál es el papel del Estado en cada época histórica y cómo ha ido evolucionando su poder).
  • Las políticas públicas (donde se nos muestra el marco regulatorio al que se somete la producción en cada país y qué se busca de cada regulación).
  • Así como la fiscalidad y más.

Contamos con profesores y conferenciantes como Juan Ramón Rallo, Juan Sebastián Landoni, Carlos Rodríguez Braun, Gabriel Calzada, Daniel Lacalle, Miguel Anxo Bastos, Martín Krause, Gabriel Zanotti, Peter Boettke, Lawrence H. White o Alejandro Chafuen.

Artículo publicado originalmente en Libertad Digital

¿Cómo invertir en tiempos de guerra?

¿Cómo invertir en tiempos de guerra? Entrevista de Juan Ramón Rallo a Carlos Santiso

El martes, 22 de marzo, a las 22:00 (hora Madrid), nuestro profesor y director del Máster en Economía UFM-OMMA, Juan Ramón Rallo, entrevistará a Carlos Santiso, gestor de Andbank para Icaria Capital y antiguo alumno del Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo sobre “cómo invertir en tiempos de guerra”.

La entrevista girará en torno a cómo puede un ahorrador invertir en tiempos de guerra y protegerse frente a coyunturas de elevada incertidumbre como la actual.

¿Te gustaría asistir a la entrevista?

📆 Martes 22 de marzo 2022
🕙 A las 22:00 (hora Madrid)

En directo y online desde el canal de YouTube de Juan Ramón Rallo.

Síguelo en directo en el siguiente enlace: bit.ly/entrevista-rallo-santiso

Webinars de Javier Ruiz e Ignacio Moncada que no puedes perderte

webinar de Ignacio Moncada organizado por OMMA y Rankia

Nos es muy grato invitarte a dos webinars que esperamos sean del máximo interés en el actual escenario económico. Si bien es indudable que vivimos momentos de tensiones inflacionarias, estos períodos se caracterizan por ofrecer también grandes oportunidades de inversión.

Junto a Rankia, hemos reunido a dos profesores de OMMA Business School que nos hablarán, respectivamente, sobre dónde podemos hallar valor en el presente y cómo protegernos de la inflación.

Nos acompañarán Javier Ruiz, director de inversiones en Horos y profesor del Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo, e Ignacio Moncada, manager del departamento de fusiones y adquisiciones y estrategia corporativa de Capital Energy y profesor en el Programa Ejecutivo en Value Investing.

Webinar de Javier Ruiz el 7 de marzo: “La filosofía Value de Horos o el arte de pescar en los mejores ríos”

En esta charla, Javier Ruiz explicará por qué el value investing es para él la forma de invertir más óptima en el largo plazo y cómo Horos encuentra valor donde el mercado lo ignora. Así, repasará algunos ejemplos de inversiones del pasado y se centrará en su actual posición en compañías cotizadas en el mercado de Hong Kong, donde abundan atractivas ideas de inversión.

Javier Ruiz es Director de Inversiones de Horos Management.

Fecha: lunes 7 de marzo
Hora: 17:00

Enlace directo para reservar tu plaza y asistir al webinar: https://bit.ly/webinar-javier-ruiz

Webinar de Ignacio Moncada el 5 de abril: “Cómo proteger tus ahorros de la inflación”

En esta ocasión, Ignacio Moncada abordará un tema imprescindible en este contexto de gran incertidumbre en torno a la evolución de la inflación en el mundo. ¿Hay solución? ¿Podemos protegernos? Ignacio nos mostrará que sí existen diversas estrategias para defendernos de la inestabilidad en el poder adquisitivo del dinero.

De no tomar el control de nuestros ahorros e inversiones, la inflación puede terminar devorando nuestra rentabilidad. Por eso, seis de cada diez españoles están modificando su cartera financiera por el alza de precios.

Ignacio Moncada trabaja en el departamento de M&A y estrategia corporativa de Capital Energy.

Fecha: martes 5 de abril
Hora: 19:00

Enlace directo para reservar tu plaza y asistir al webinar: https://bit.ly/webinar-ignacio-moncada

Por último, queremos agradecer a Javier e Ignacio que hayan aceptado la invitación a realizar esta presentación en colaboración con Rankia.

Este septiembre, organizamos con Rankia dos webinars de inversión ofrecidos por antiguos alumnos

Tenemos el placer de comunicaros que hemos organizado junto a Rankia dos webinars de máxima actualidad que entroncan con uno de los grandes temas del momento: la inflación. Vamos a poder contar con Carlos Santiso y Jorge Arjona, antiguos alumnos de OMMA, para que presenten el 21 y 29 de septiembre, respectivamente, sendos webinars a los que os podéis inscribir desde este momento:

Carlos Santiso, gestor del fondo Icaria F.I. e Icaria Capital dinámico F.I.

Jorge Arjona, gestor de Proyectos en Airbus y profesor del Máster de Airbus.

¿Por qué son importantes el ciclo económico y los sectores cíclicos para invertir?

Los sectores cíclicos son aquellos que evolucionan a la par que lo hace el ciclo económico. Cuando, por ejemplo, un boom económico dispara la construcción de vivienda, la demanda de cemento se incrementará en paralelo. Así, estaríamos hablando de que el cemento es un sector cíclico vinculado a la evolución de la economía.

Dado que hay indicios de fuerte inflación a corto-medio plazo, Carlos Santiso explorará si estamos ante un fenómeno de carácter coyuntural o estructural (estanflación). Asimismo, examinará en detalle cuáles son los activos más apropiados para proteger el patrimonio y revalorizarlo en entornos inflacionarios. ¿Es el oro un activo adecuado? ¿Lo son las materias primas? ¿Quizás los bonos ligados a la inflación? ¿La renta variable? ¿Los bienes inmuebles?

Jorge Arjona nos explicará, por su parte, qué son las empresas cíclicas y por qué son una opción muy interesante desde una perspectiva del value investing. Posteriormente, analizará en profundidad el sector del petróleo y realizará el análisis y valoración de la empresa productora de petróleo canadiense Crescent Point Energy.

Estamos convencidos de que ambos webinars llegan en un momento clave para ayudarnos en nuestra toma de decisiones y posiciones ante la llegada de un otoño de gran incertidumbre económica. Si quieres aprender, como nuestros antiguos alumnos, a protegerte en entornos financieros convulsos y a aprovechar las oportunidades que nos brinda el mercado en cualquier fase del ciclo, en el Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo te ayudaremos a conseguirlo.

Enlaces de inscripción para cada webinar.

Agradecemos a Carlos y a Jorge que hayan aceptado con gran entusiasmo la invitación a realizar esta presentación en colaboración con Rankia.

OMMA publica un análisis en la revista de Rankia ‘Buscando Valor’ sobre la compañía Acciona y las renovables

Portada Revista OMMA-Rankia junio 2021

OMMA tuvo un papel destacado en el número 12 (junio 2021) de la revista de Rankia Buscando Valor, tanto en la portada como en el interior, con un artículo que lleva por título ‘Acciona ante el desafío de la Agenda 2030’.

En dicho análisis, Raquel Merino desgranaba los objetivos en materia energética de la Agenda 2030 (Foro de Davos) –un proyecto de ingeniería social y económica que pretende “resetear” el capitalismo para alinearlo con determinados estándares éticos y medioambientales–, así como se propuso resumir qué planes energéticos precedieron a los acuerdos actuales en materia energética tanto en el ámbito de la UE como en el resto del mundo.

Por último, se centró en examinar por qué Acciona, en este marco regulatorio que premia el desarrollo de las energías renovables como mecanismo para rebajar las emisiones de CO2 en el mundo, se presenta como una buena oportunidad de inversión.

En la última parte del análisis, nos hacíamos eco de la valoración que había realizado de esta compañía nuestro antiguo alumno Pablo González Bandrés en el Proyecto Fin de Máster del Máster en Value Investing y Teoría del Ciclo.

Puedes descargarte los recursos aquí: